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Fray Esteban Arroyo OP, historiador de la Orden de Predicadores en México

Libro facsímil conmemorativo de fray Esteban

En el marco del VIII Centenario de la fundación de la Orden de predicadores, los frailes dominicos del Convento de Santo Domingo de Guzmán, Oaxaca, Oax., México, han editado parte de la obra de fray Esteban Arroyo, en una edición facsímil y privada. Publicaron en dos tomos "Los Dominicos Forjadores de la Civilización Oajaqueña": "Los Misioneros", tomo primero, y "Los Conventos" en el segundo. Y en un tomo las obras: "El Monumental Convento de Santo Domingo de Oajaca", "La Reconstrucción del Altar Mayor del Templo de Santo Domingo de Oajaca", y "Fray Francisco de Burgoa O. P. Cronista Oajaqueño del Siglo XVII". En la introducción de este último libro dice fray Francisco Javier Zugasti al respecto de estas publicaciones: “llenan los 6 años de su vida (1953-1959) que fray Esteban entregó a Oaxaca. Abundante fruto de una vida apasionada por la predicación dominica. La historia narrada en sus escritos debe de tomarse en cuenta por los jóvenes dominicos para fortalecer la presencia de la Orden en este Estado tan dominico”.

Libro facsímil de fray Esteban A

Nos unimos a los festejos de la orden publicando la biografía de fray Esteban Arroyo transcrita de las Actas del Capítulo Provincial Electivo 2005.

Biografía del venerado padre fray Esteban Arroyo OP

En la solemnidad de la Navidad de 2004, a las 9:45 hrs., falleció el padre Esteban en su celda de la Casa de Santo Domingo de Querétaro, asistido por su fiel enfermera Alicia y por sus hermanos de hábito. Fray Esteban era el decano de los dominicos en México. Nació en Sotillo de San Vitores, Santander, España, el 21 de noviembre de 1910, en una familia muy humilde. De niño ingresó a la Escuela Apostólica de Las Caldas de Besaya y en 1927, tomó el hábito en el Convento de San Juan Bautista de Corias, donde profesó y cursó los estudios de filosofía. En 1931 pasó al convento de Sam Esteban de Salamanca para estudiar teología, y el 22 de septiembre de 1934 fue ordenado sacerdote en la casa episcopal de la Diócesis de Zamora. Dos años después, en 1936, antes del inicio de la guerra civil española, fue asignado a la Parroquia de Nuestra Señora de los Dolores, en San Antonio Texas. En los Estados Unidos aprendió inglés y se preparó para el apostolado dominicano. En 1937 fue destinado a la Casa de Aguascalientes, donde la comunidad y su entrega al apostolado le ayudaron a poner en manos de Dios su preocupación por la falta de noticias de su familia, que se encontraba en España padeciendo la guerra civil. Él siempre lo reconoció, “mi asignación a Aguascalientes fue un consuelo”. Otros de sus destinos, en los años cuarenta y cincuenta, fueron San Luis Potosí, La Candelaria y San Vicente Ferrer. En la Ciudad de México, fray Esteban se enfermó de tuberculosis, estuvo hospitalizado mucho tiempo y los médicos no le daban esperanzas de vida.

Fray Esteban Arroyo en Oaxaca

En la Casa de San Vicente Ferrer, con una voluntad mayor a sus fuerzas, fray Esteban Arroyo alentó a la señora Leonor Baqueriza a fundar en 1948, la congragación de las Hermanas Dominicas de la Doctrina Cristiana, dedicada a la evangelización, la catequesis y la labor socio-educativa entre las familias más pobres. Este acompañamiento lo continuó hasta su muerte el padre Joaquín Peñamaría. En 1953, aún delicado de salud, fray Esteban fue destinado a la Casa de Oaxaca, donde fue Superior de 1953 a 1959, años en que logró la construcción del retablo mayor del templo con el apoyo económico de los fieles. Mientras los ebanistas oaxaqueños tallaban el gran retablo, el padre Arroyo inició la redacción de sus libros de historia, colaboraba como articulista en los periódicos locales y con la ayuda de fray Pascual Hernando, atendía el culto. Las obras que escribió –una biografía del cronista del siglo XVII, fray Francisco de Burgoa, una guía del templo y exconvento de Oaxaca y una relación de los misioneros y fundaciones dominicas en el siglo XVI y XVII- son lecturas obligadas de la historiografía oaxaqueña colonial.

En 1959, al concluir su gran obra Oaxaqueña, fray Esteban pensó vivir definitivamente en España y fue asignado como capellán al Monasterio de las Monjas dominicas de Santa María la Real, en la población de Medina del Campo, provincia de Valladolid. Sin embargo, allí sólo permaneció algunos meses porque no se adaptó al duro clima de Castilla, y se vio forzado a pedir su regreso a México, donde fue destinado a otros conventos, en los cuales continuó sus obras apostólicas y de escritor. A la Casa de Querétaro llegó en 1969, y en ella fue cinco periodos Superior, mejoró el templo, impartió clases de Biblia, espiritualidad e historia, colaboró con la prensa local y publicó más de diez libros de historia de la Orden en México y muchos folletos y boletines. En 1989, con otros frailes, fundó el Instituto Dominicano de Investigaciones Históricas, cuya sede es la Casa de Querétaro. Asimismo, en los últimos años de su vida, colaboró con entusiasmo en la formación espiritual y académica de las religiosas de la congregación de las Hermanas Dominicas de María, visitándolas en el santuario de Atotonilco, impartiéndoles clases y escribiendo la biografía de su fundadora, la madre María Almaguer.

Fray Esteban Arroyo

En 1993, debido a su labor en la construcción del retablo mayor del Templo de Santo Domingo de Oaxaca y a su extensa historiografía, el gobierno de ese estado le otorgó un diploma, como oaxaqueño ilustre, en un emotivo homenaje organizado en la Casa de Oaxaca. En la primavera de 2004, fray Esteban viajó por última vez a la ciudad de Oaxaca para recibir el nombramiento de ciudadano distinguido y la imposición de la medalla Donají, en una sesión solemne del Cabildo de la ciudad el 25 de abril. El padre Esteban leyó su nombre grabado en el salón de Cabildos, junto al de otros ilustres oaxaqueños. Aún tuvo la fortaleza para visitar el árbol de Tule, las zonas arqueológicas de Mitla y Monte Albán y otros lugares, pero donde acudió varias veces fue a saludar a la Virgen María de la Soledad, el nunc dimitis del venerable padre. En septiembre de 2004, cumplía 70 años de sacerdocio. Él ya no quería ninguna fiesta, pero por el honor del sacerdocio católico y para agradar a sus hermanos dominicos y a sus muchas amistades, aceptó que se celebrara una misa solemne que fue presidida por el Prior Provincial, fray Jorge Rafael Díaz Núñez, acompañado de muchos sacerdotes y fieles.

Fray Esteban Arroyo en Qro

En los últimos meses de 2004, la salud del padre Arroyo se fue deteriorando. La víspera de su muerte, el día de la Nochebuena, coincidieron en la Casa de Querétaro el obispo de la diócesis, don Mario de Gasperín, y el Maestro de la Orden, fray Carlos Azpiroz. Ambos pasaron a su habitación, ambos le dieron su bendición. El Maestro de la Orden le dirigió unas palabras, que el enfermo entendió bien, y añadió un beso en la frente del venerable dominico. A las 9:45 del día de la Natividad del Señor, mientras las dominicas cantaban la Salve. Fray esteban fue un religioso de carácter fuerte, buscador incansable de la Verdad y un enamorado de la Orden y de la Iglesia. Al faltar su presencia física, de en el Archivo provincial, el gran acervo de sus escritos históricos, homiléticos y de espiritualidad.

Obras de fray Esteban Arroyo OP

Además de las obras señaladas encontramos:

Lic. Jesús Martínez Vigil El Códice Gracida Dominicano Sobre la Danza de la YA HA ZUCU. Cuilapan, Mayven, Oaxaca, 1970.

Las Misiones Dominicanas en la Sierra Gorda de Querétaro, UAQ, Querétaro, 1987.

Libro de fray Esteban Arroyo

Historia del Convento de Santo Domingo de Querétaro, Gobierno del Estado, Querétaro, 2000.

La Iglesia del Espíritu Santo, Historia de su Construcción, Aguascalientes, 1970.

La Nación Chuchona, Exconvento de San Juan Bautista de Coixtlahuaca, Oaxaca siglo XVI, México, 1976.

Los primeros y Principales Abanderados de los Derechos Humanos de los Indios, Fueron los misioneros dominicos, según sus cronistas de los siglos XVI, XVII y XVIII, UAQ, Querétaro, 1983.

Colapso, Agonía y Resurgimiento de la Provincia Dominicana de Santiago de México en el Siglo XIX, talleres Imprecolor, Querétaro, 1984.

Paleografió y preparó la edición de la Vida Del Venerable Padre Domingo de Betanzos, obra del Padre Juan Bautista Méndez OP, de 1685, Querétaro, 1986.

Episcopologio Dominicano de México, Gobierno del Estado, Querétaro, 1998.

Junto a Sor María de Cristos Santos Morales OP, Monasterio de Santa Rosa de Lima, Puebla de los Ángeles, 1740, Gobierno del Estado-IDIH, Puebla, 1992; y con ella misma Las Monjas Dominicas en la Cultura Novohispana, IDIH, México, 1993.

Vida y Virtudes de la Madre María Almaguer Soto, Fundadora de la congregación diocesana de hermanas dominicas de María, IDIH, Querétaro, 1994.

Varios folletos de índole teológica y los boletines Ecos de Fátima y Boletín de la Familia Dominicana.

Escribió artículos para el periódico Noticias de Querétaro, El Imparcial de Oaxaca.

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